Vayan dos aclaraciones de
antemano… la primera es que, como sabéis, no soy ningún experto en el arte del
sugarcraft, y la segunda es que me fascinan las tartas decoradas con fondant.
Lo primero tiene solución pero lo segundo no jeje. Con esto quiero decir que
este tutorial, lejos de ser una clase magistral, simplemente os dará una visión
más de cómo trabajar y cubrir una tarta con fondant. Lo que sé, lo he ido
aprendiendo de forma autodidacta y a base de prueba y error, por eso estoy
seguro de que mi técnica mejorará con el tiempo (al menos es la intención).
El fondant es una pasta de azúcar
que podemos hacer nosotr@s mism@s, aunque en ese sentido, yo me declaro fan del
fondant que ya viene preparado. Lo encontraremos de diferentes marcas, en gran
cantidad de colores listos para usar... e incluso de diferentes sabores, siendo
el más habitual el de vainilla. De las marcas que he probado, por el momento mi
favorita es Funcakes.
Antes de poder cubrir cualquier
tarta tenemos que tener en cuenta un par de cosas. La primera y más importante,
es que la tarta que cubriremos esté lista para ello (en este tutorial os
explico cómo rellenar y cubrirla) procurando que la superficie de la misma esté
lo más lisa posible.
Lo segundo a tener en cuenta es disponer de los materiales
e ingredientes necesarios que, como mínimo serán el fondant, un rodillo
(antiadherente), una superficie antiadherente o en su defecto un poco de azúcar
glass y un cuchillo o cortapizzas.
Empezaremos preparando la
superficie (yo uso una lámina de
Ikea que va de maravilla). Cogemos el fondant y lo amasamos
suavemente para que coja algo de temperatura y nos sea más fácil extenderlo. En
cuanto a la cantidad que necesitamos, dependerá del tamaño de la tarta a
cubrir. Para una tarta de 22cm de diámetro tendremos suficiente con unos 300
gr.
Con el rodillo empezamos a
extender el fondant con cuidado de no dañar ni marcar la superficie. Una de las
pegas del fondant es que es muy delicado.
Como veis en el ejemplo que os
muestro, mezclé fondant blanco y amarillo para conseguir un efecto diferente,
tipo degradado (no quedó exactamente como buscaba).
Debemos intentar extenderlo de
forma que nos quede redondo (si la tarta es redonda claro) y cuanto más fino
mejor. Para ello, es muy útil un rodillo como el que uso, es de la marca Wilton
y tiene anillas de diferentes tamaños que podemos intercambiar para conseguir
el grosor que buscamos. A parte de la superficie de la tarta y los laterales,
tenemos que calcular unos tres o cuatro dedos más de fondant para no quedarnos
cortos.
Una vez extendido, con mucho
cuidado trasladamos el fondant (podemos enrollarlo en el rodillo o manejarlo
con las manos) a la tarta y lo presentamos intentando centrarlo.
Con la ayuda
de una paleta alisadora (si no tenemos nos ayudamos de la mano que debe estar
totalmente limpia y seca) alisamos la superficie de la tarta y progresivamente
vamos alisando los laterales, procurando que no queden arrugas en el fondant.
Una vez tenemos toda la tarta
cubierta (tened toda la paciencia del mundo si hace falta, no tengáis prisa en
este proceso) cortaremos con el cuchillo o cortapizzas el sobrante justo al ras
de la tarta.
Y ya la tenemos lista para seguir
decorando a vuestro gusto!
PD: Si os sobra fondant, lo
podemos almacenar en una bolsa bien cerrada y siempre fuera de la nevera (yo
utilizo las bolsas con cierre tipo zip).
PD: ya tengo en casa fondant blanco
con sabor marshmallow (nube) y ya tengo en mente el de sabor banana!
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