Pues aquí está de nuevo… un
clásico pero irresistible layer cake… delicioso en todas sus versiones… ¡el Red
Velvet!
La primera vez que lo hice fue
para el cumple de mi hermano, en aquella ocasión con un frosting de chocolate
blanco (aquí tienes como quedó). Esta vez lo he hecho con su frosting más
habitual, el de queso… y la verdad es que es genial!
Para el bizcocho sigo utilizando
la receta de Bea y para el frosting una adaptación de varias recetas con unas
proporciones de mantequilla, azúcar y queso con las que queda muy agradable al
paladar.
INGREDIENTES PARA EL RED VELVET:
- 125 gr. de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
- 275 gr. de azúcar blanco
- 2 huevos (L)
- 280 gr. de harina para repostería
- 15 gr. de cacao en polvo
- 1 tsp (cucharadita) de levadura
- 1 tsp de bicarbonato sódico
- 1/4 tsp de sal
- 240 gr. de buttermilk*
- 2 tbsp (cucharadas) de colorante rojo**
- 1 tsp de vinagre blanco
- 1 tsp de extracto de vainilla
*Si no encontráis buttermilk en
vuestro súper tenéis un tutorial para
hacerlo vosotros mismos aquí.
**El colorante que yo uso es en
gel (aguanta mejor el horneado) de la marca Wilton.
PREPARACIÓN:
Precalentamos el horno a 170ºC
(según el horno, como siempre) y preparamos el molde o los moldes como ya os
comenté en el otro post. Yo esta vez lo hice en un molde cuadrado. Si tenemos
que hacer el buttermilk casero, es el momento de hacerlo.
Tamizamos y reservamos en un bol
la harina, el cacao en polvo, la levadura y la sal. Mezclamos el buttermilk con
el extracto de vainilla y lo reservamos.
Batimos la mantequilla con el
azúcar, hasta que haya blanqueado y consigamos una mezcla tipo pomada. Una vez
hemos conseguido la mezcla homogénea, añadimos los huevos uno a uno, no
añadiendo el siguiente hasta que el anterior se haya incorporado totalmente a
la mezcla.
Añadiremos entonces los
ingredientes secos que teníamos reservados en tres veces, y los líquidos en dos
veces. Este proceso es importante para que los ingredientes se incorporen
correctamente y consigamos la textura del bizcocho adecuada. Si os fijáis
tenemos pendiente el bicarbonato, el vinagre y el colorante, hay quien los
mezcla con los líquidos, aunque yo opto por otra opción, cuando toca añadir la
última parte de los líquidos en la masa, mezclo el bicarbonato con el vinagre
(que empezará a espumar) y lo añado mientras sigo batiendo e incorporo también
el colorante. Sobretodo tened en cuenta que siempre comenzaremos y terminaremos
con los secos.
Dividimos la masa entre los tres
moldes que habíamos preparado, o lo añadimos al molde alto, y alisamos la parte
superior de la masa con una espátula.
Horneamos durante 25-30 minutos
(más si es un único molde) o hasta que al insertar un palillo éste salga
limpio.
Dejamos enfriar en el mismo molde
unos 5-10 minutos, después los desmoldamos y dejamos enfriar totalmente sobre
una rejilla. Cuando estén totalmente fríos, los podemos envolver
individualmente en papel film y los dejaremos reposar en la nevera durante la
noche. Yo como he usado un molde, lo envuelvo entero y al día siguiente es
cuando lo parto en láminas.
INGREDIENTES PARA LA BUTTERCREAM:
- 200 gr. de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
- 300 gr. de azúcar superfino o glassé
- 400 gr. de queso para untar (tipo Philadelphia)
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
Para hacer el buttercream que
usaremos para rellenar y cubrir el bizcocho ponemos en un bol el azúcar
superfino (o azúcar glassé) tamizado, la mantequilla y el extracto de vainilla.
Comenzamos batiendo a velocidad baja (¡con cuidado para no llenar la cocina de
azúcar!) y después batimos a velocidad media hasta que el buttercream tome un
color más clarito y una textura de pomada. Entonces añadimos el queso (que
tendrá que estar frio) y batimos bien hasta que esté bien integrado y la mezcla
sea homogénea y con la consistencia deseada. Cuanto más batamos mejor.
Para el montaje ponemos la
primera lámina de bizcocho y lo cubrimos con una buena capa del buttercream,
repartiéndolo por toda la superficie. No os preocupéis si sobresale o nos
pasamos ya que lo recubriremos todo por fuera. Ponemos la segunda lámina de
bizcocho y apretamos suavemente para ayudar a asentar el relleno. Repetimos la
operación con las láminas de bizcocho que tengamos. Para acabar ponemos otra
capa de frosting encima del último bizcocho y con la ayuda de un cuchillo o
espátula vamos cubriendo también los laterales de la tarta hasta darle una
apariencia lo más lisa posible. Si veis que el buttercream se ablanda mucho
meterlo en la nevera un rato para que se endurezca. Por si os queda alguna duda
tenéis un tutorial de como rellenar y cubrir un layer cake aquí.
El decorarlo o no con fondant es
opcional, estará delicioso de todas formas!
Para esta ocasión lo
cubrí de fodant rojo. Teneís un tutorial de como cubrir una tarta con fondant aquí.
Estoy muy contento de que haya
gustado… y es que no me digáis que sólo viendo el corte no se os hace la boca
agua!
Salut!
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