Con esta receta me lie la manta a
la cabeza y decidí hacer para la misma ocasión dos cosas por primera vez: mi
primer Red Velvet y mi primera tarta con fondant. Pero la ocasión lo merecía,
la hice el 5 de Marzo para el cumpleaños de mi hermano Adrián (se hace mayor mi hermanito pequeño...).
Tenía muchas ganas de decorar una
tarta con fondant y el resultado creo que fue más que satisfactorio. Y aunque a
priori pudiera temer la dificultad de manejar el fondant, al final te das
cuenta que no es algo que os tenga que frenar, ya que con cariño y tacto todo
sale… y además es muy divertido.
Y qué decir del Red Velvet… un
layer cake elegante, vistoso y delicioso, al que le hice alguna variación
respecto a la receta original para adaptarla al gusto de mi hermano, que no es
que sea muy goloso pero tiene debilidad por el chocolate blanco, así que como veréis,
cambié el frosting (crema que cubre la tarta) de la receta.
Para el bizcocho utilicé la
receta de Bea y para el frosting (o buttercream) de chocolate blanco la versión
de Alma.
INGREDIENTES PARA EL RED VELVET:
·125 gr. de mantequilla sin sal
·275 gr. de azúcar
·2 huevos
·280 gr. de harina para repostería
·15 gr. de cacao en polvo
·1 tsp (cucharadita) de levadura
·1 tsp de bicarbonato sódico
·1/4 tsp de sal
·240 gr. de buttermilk
·2 tbsp (cucharadas) de colorante
rojo
·1 tsp de vinagre blanco
·1 tsp de extracto de vainilla
Como siempre, un par de cosas
sobre los ingredientes. La mantequilla como de costumbre tiene que estar a temperatura
ambiente. Si no encontráis buttermilk os explico cómo hacerlo casero aquí. Ya
os expliqué en el post anterior lo que es una tsp (lo que viene a ser una
cucharadita); una tbsp (tablespoon) corresponde a 15ml o aproximadamente a una cucharada sopera.
El colorante es importante que sea en gel o pasta, ya que el colorante en polvo
no aguanta tan bien el horneado. Yo uso el colorante en gel de Wilton.
PREPARACIÓN:
Precalentamos el horno a 170ºC (según
el horno, como siempre) y preparamos tres moldes de 18 cm. engrasados y con papel
de hornear en la base. Si, como es mi caso, no tenéis tres moldes para hacer layer cakes, otra opción es usar un
molde más alto y una vez horneado el bizcocho (y frío) lo partiremos para hacer
las capas. Si tenemos que hacer el buttermilk casero, es el momento de hacerlo.
Tamizamos y reservamos en un bol
la harina, el cacao en polvo, la levadura y la sal. Mezclamos el buttermilk con
el extracto de vainilla y lo reservamos.
Batimos la mantequilla con el
azúcar, hasta que haya blanqueado y consigamos una mezcla tipo pomada, esto nos
puede llevar un ratito, dependiendo de la batidora que tengamos. Una vez hemos
conseguido la mezcla homogénea, añadimos los huevos uno a uno, no añadiendo el
siguiente hasta que el anterior se haya incorporado totalmente a la mezcla.
Añadiremos entonces los
ingredientes secos que teníamos reservados en tres veces, y los líquidos en dos
veces. Este proceso es importante para que los ingredientes se incorporen
correctamente y consigamos la textura del bizcocho adecuada. Si os fijáis
tenemos pendiente el bicarbonato, el vinagre y el colorante. Hay quien los
mezcla con los líquidos, aunque yo opté por otra opción, cuando toca añadir la
última parte de los líquidos en la masa, mezclo el bicarbonato con el vinagre
(que empezará a espumar) y lo añado mientras sigo batiendo e incorporo también
el colorante. Sobretodo tened en cuenta que siempre comenzaremos y terminaremos
con los secos.
Dividimos la masa entre los tres
moldes que habíamos preparado, o lo añadimos al molde alto, y alisamos la parte
superior de la masa con una espátula.
Horneamos durante 25-30 minutos (más
si es un único molde) o hasta que al insertar un palillo éste salga limpio.
Dejamos enfriar en el mismo molde
unos 5-10 minutos, después los desmoldamos y dejamos enfriar totalmente sobre
una rejilla. Cuando estén totalmente fríos, los podemos envolver individualmente
en papel film y los dejaremos reposar en la nevera durante la noche. No
es obligatorio pero yo lo hice por falta de tiempo para acabar la tarta el mismo
día y la verdad es que es cierto que al día siguiente están más asentados el
sabor y la textura del bizcocho.
INGREDIENTES PARA EL BUTTERCREAM
DE CHOCLATE BLANCO:
·250 gr. de mantequilla sin sal
·250 gr. de icing sugar (o azúcar glacé)
·100 gr. de chocolate blanco
·1 y 1/2 tsp de extracto de vainilla
·1 tbsp de leche semidesnatada
Derretimos el chocolate en el
microondas o al baño maría. Si lo hacéis al micro vigilar que no se os queme
(el chocolate blanco es más delicado que el negro). A mí me gusta más hacerlo
al baño maría aunque tardes un poco más. Cuando lo tengamos cremoso, lo
reservamos para que se vaya templando.
Ponemos en un bol el icing sugar
(o azúcar glacé) tamizado, la mantequilla, el extracto de vainilla y la leche. Comenzamos
batiendo a velocidad baja (¡con cuidado para no llenar la cocina de azúcar!) y
después batimos a velocidad media hasta que el buttercream tomará un color más
clarito y una textura de pomada. Entonces añadimos el chocolate, vigilando que
no esté caliente y batimos bien hasta que el chocolate esté bien integrado y la
mezcla sea homogénea y con la consistencia deseada. Prefiero no poneros el
tiempo que hay que batir ya que dependerá siempre de la batidora que tengáis.
Para el montaje (prometo un
tutorial) ponemos la primera lámina de bizcocho y lo cubrimos con una buena
capa del frosting, repartiéndolo por toda la superficie. No os preocupéis en si
sobresale o nos pasamos ya que lo recubriremos todo por fuera. Ponemos la
segunda lámina de bizcocho y apretamos suavemente para ayudar a asentar el
relleno. Repetimos la operación con las láminas de bizcocho que tengamos. Para
acabar ponemos otra capa de frosting encima del último bizcocho y con la ayuda
de un cuchillo o espátula vamos cubriendo también los laterales de la tarta
hasta darle una apariencia lo más lisa posible. Si veis que el frosting se
ablanda mucho meterlo en la nevera un rato para que se endurezca.
Tal cual está el Red Velvet ya
nos lo podríamos comer… no hace falta decoración para disfrutarlo! Pero como
os he dicho, quería decorarlo con fondant para el cumple de mi hermano. Usé
tres colores y formas básicas para entrenarme pero creo que el resultado no
estuvo nada mal. En un próximo tutorial (y van dos prometidos en este post…) os
explico cómo trabajar y cubrir una tarta con fondant porque no quiero aburriros
más por hoy.
Por cierto, las letras de
chocolate las compré hechas pero hay unos moldes preciosos para hacerlas… todo
se andará.
¡Espero que os guste!
Salut!
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